lunes, 1 de enero de 2024

AMIGOS

Luminous de Ludovico Einaudi. Toco el piano cuando no puedo dormir, al menos me gustaría poder hacerlo así que lo toco en mi mente, para mí, como si la melodía que escucho a la vez saliera de mis dedos torpes. Imágenes de mis mejores amigos van pasando por mi cabeza, como invitados por cortesía a una fiesta de postín. Me da miedo perder las sensaciones que me asaltan cuando pienso en ellos si gasto esos recuerdos. El fin de semana ha sido tan feliz, en esa ciudad fría y tan querida para mí, donde he descubierto que me gusta ver deportes si mis amigos son los jugadores, que no me da miedo enseñarles las cosas raras como el helado con patatas fritas y que no hay mejor combustible que sus abrazos. Y cuando despierto angustiada me pongo a llorar, porque soñaba que estaba en el hospital de nuevo y dejaba de comer, porque me apartaban del mundo de nuevo. Pero me pongo a leer los mensajes de la cajita de adviento y joder, qué querida me siento. Lloro más porque siento el amor de mis amigos, todos esos que han dedicado un momento para escribirme mensajes de ánimo, de agradecimiento etc en esta época tan dura. Me inunda la sensación y la certeza de ser afortunada como nadie en este planeta tan duro y tan lleno de todo y a la vez de nada. Son lágrimas confusas, provocadas por más de una emoción difícil de llevar en su intensidad inexplicable, pero hay alegría en ellas, hay esperanza y hay certeza.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

MISS LIST DE TI

MISS LIST (COSAS QUE ECHO DE MENOS) 24/10/22 22:00h -Tus abrazos -Lo bien que hueles -Hablar a oscuras en tu cama antes de dormir -Tu mirada de vendedor de colonias del Corte Inglés -Dormir siendo la cucharita grande -Que me toques el pelo en público -Tu sonrisa, y tu risa -Tus chistes de mierda -Que me cuentes curiosidades de películas -Lo calentito que estás siempre -Que me digas cosas bonitas sin venir a cuento -Verte dormir abrazando a Tutifruti -Leer tus relatos y que quieras que los corrija -Que me cuentes cosas que no le sueles contar a nadie más -Que me leas la Biblia -Que me abras la puerta de tu casa con una sonrisa -Que me hagas sentir segura ¿Sabes? Hablando con X sobre esta ``situación´´ nuestra, me dijo algo que me quedó bastante pensativa: ``Él es quien tiene que decidir si esto es justo para él o no. Si quiere estar en tus peores momentos. No puedes decidirlo por él´´ Y coño, qué gran verdad. Quizá te hago daño apartándome de ti tan brusca y caoticamente. Pienso continuamente en protegerte del huracán que es mi mente pero no te pregunto nunca directamente a ti qué es lo qué quieres, cómo te sientes con esto o qué quieres que pase con nosotros. Y lo siento, es muy egoísta por mi parte. Deberías tener la libertad de decidir y de vivir esto como quieras. Así que ...te doy tu libertad. ¿Qué quieres? ¿Qué sientes? ¿Estoy haciñendote daño? ¿Qué soy o qué significo para ti? ¿Quieres soportar esta tormenta a mi lado? Sé que te incomoda pero sabes también que para mí es muy importante que todo el mundo se sienta querido. Así que te quiero.

lunes, 4 de diciembre de 2023

PRIMER INTENTO DE DESPEDIDA

Esto lo escribí hace ya mucho tiempo, el 25 de Octubre de 2022, ahora lo rescato de los recuerdos para utilizarlo de alguna manera en la búsqueda de mi verdad: Duele, todo duele. En el pecho, justo en el centro. No engañemos a nadie, es triste y muchos dirían que catastrofista (y probablemente lo sea), pero no hay universo alguno en el que pueda ganar esta guerra. Es agotador luchar conmigo misma todo el tiempo. La única opción que me queda es aguantar en la batalla todo lo que pueda, pero acabará venciéndome. Voy a morir algún dia, puede ser dentro de 70 años, de 30 o de 2 meses. Pero voy a morir y será por mi propia mano. Porque en una guerra en la que todos los elementos se componen de la misma persona está asegurada la derrota. No dejo de preguntarme por qué no puedo ver la luz al final del túnel, esa de la que todos hablan y de la que he podido ver algún vago reflejo pero que sigue huyendo de mí. Por qué no puedo ver una salida. Es como estar en un edificio en llamas con todas las puertas cerradas con llave. ¿Por qué estoy tan jodidamente rota que no puedo respirar? Estoy cansada de esta espiral en la que todo se repite una y otra y otra y otra vez. Nunca cesa el dolor, ni en mi cuerpo ni en mi cabeza, pero se empeñan en no dejarme descansar. Solo quiero descansar, que pare esta puta broma que no tiene gracia. Cuando era pequeña y creía en Dios me gustaba pensar que había alguien que, de alguna manera, me cuidaba cuando nadie más lo hacía. Pero con el paso de los años llegué a odiarlo y dejé de creer. ¿Por qué no me ayudaba? ¿Por qué dejaba que esa niña no tuviera más en la vida que su inteligencia y desgracias? ¿Por qué dejaba que mi padre, la persona que tendría que protegerme de todo mal y amarme como nadie, nos pegara e insultara, que nos amenazara de muerte con quemarnos a todos dentro de la casa? ¿Por qué dejaba que los demás niños la insultasen y aislasen, le quitasen cosas y la humillaran hasta el punto de odiarse a sí misma por su cuerpo? Era una niña pequeña que no tenía a nadie que la cuidase y la quisiese, que la sacase de infierno que solo empeoraría con los años. Con el tiempo ignoré ese odio hacia una figura en la que ya no creía, tenía demasiadas personas a la que odiar. Demasiada necesidad de estar alerta, porque todo suponía un peligro. punto de odiarse a sí misma por su cuerpo? Era una niña pequeña que no tenía a nadie que la cuidase y la quisiese, que la sacase de infierno que solo empeoraría con los años. Con el tiempo ignoré ese odio hacia una figura en la que ya no creía, tenía demasiadas personas a la que odiar. Demasiada necesidad de estar alerta, porque todo suponía un peligro.

jueves, 9 de marzo de 2023

IRIDISCENCIA

Con las luces del crepúsculo y nubes espesas en el cielo, una bolita iridiscente flota en el aire, irradiando calor. Un chico y una chica aparecen en la escena, ambos abrigados escasamente y ella con vestido. Están en un patio poblado de plantas de diferente clase que él ha hecho crecer: beleño blanco, matas de fresas, musgo y hasta una vid por la pared colgando. No es un lugar muy grande pero es acogedor; hay un sapito por ahí escondido que los dos buscan con ánimo. De repente empieza a llover y él se pone apurado bajo el umbral de la puerta que da a la cocina. La chica lo agarra de la mano, ilusionada por las gotas, pero él se resiste. Y, al fondo, la bolita crece y su luz se hace más intensa por momentos mientras la oscuridad se cierne sobre la pareja, convirtiendo el azul del vestido en negro. La luz de la bolita se posa sobre los hombros de la chica y se extiende por la cara externa de los brazos, baja por la columna vertebral, los glúteos y se desliza por las piernas hasta tocar sus pies descalzos. El agua se mete entre su pelo suelto y ella ríe y baila bajo la mirada atenta de su amado, que sonríe al verla feliz color de neón. Brilla como una luciérnaga contra un cielo de algodón, que parece libertad cuando danza y la brisa le acaricia la cara. Consigue arrancar al muchacho de su puesto de su observación y unirlo a su jolgorio durante unos minutos tras los cuales, bañados en lágrimas de cielo, vuelven a la casa y encienden la estufa. Se quedan hipnotizados contemplando las brasas arder; parecen huevos de dragón con grietas que destellan rodeados de carbón. Y así pasan las horas: envueltos en toallas, fundidos en un abrazo en el sofá desvencijado. Despiertan a medianoche iluminados por la bolita de luz del corazón, que alte henchido de un sentimiento cállido y blandito que es haber encontrado hogar en los brazos del otro. Qué milagro que se hayan conocido en medio de la tempestad para ambos tan turbulenta.

domingo, 22 de noviembre de 2020

DETRÁS DE MI CASA

En el campo detrás de mi casa suceden muchas cosas: el rocío de la mañana refulge en las rosas, busco las lilas, el aleteo de las mariposas, los rayos de sol, la luz de la luna, el color de las abejas y en su miel la dulzura. En el campo detrás de mi casa me acaricia la brisa de las noches de verano moviendo las briznas de hierba entre los dedos de mi mano. En ese campo puedo jugar, me puedo tumbar, puedo reír y puedo llorar; se ven fascinantes las estrellas, hace fresquito y la falda de mi vestido vuela. En el campo detrás de mi casa veo el amanecer, bailo al salir el sol y las horas pasan sin querer. Allí tengo mi hamaca, se balancea la tela, el viento canta una nana, se giran los girasoles, el árbol me da su sombra y mi cuerpo, mecido en los brazos de Morfeo, sueña. En el campo detrás de mi casa crecen flores de alhelí. En el campo detrás de mi casa soy muy feliz.

lunes, 9 de noviembre de 2020

IMÁGENES

Luna llena rellena de hielo frío,denso y vaporoso. Frío con otoño sabor castaño y seco. Hojas vacías cayendo por los valles de Olid. Valle de colores tristes y amargos que me atacan con sus extremidades y sus luces intermitentes, que me laceran y me desgarran suavemente. Sopa de letras consumidas por el potente Cronos, pasa la historia de dolor como un flash lento. Gotelé doloroso y áspero en las nubes de las puertas de mi cielo. Kraken pirata que me roba inspiración y me deja rota. Paraguas danzando por el cementerio de mis pesares y ruinas. Búhos acechando mi pensar intentando abrir mi alma en busca de secretos ocultos en el fondo de la antigüedad. Reloj que corre por senderos inhóspitos en hospitales de muñecos trileros olvidados por sus dueños y su público. Teatros desiertos,arenosos y polvorientos, vacíos de historias no contadas que les dan vida y muerte infinitamente. Mente confusa en tiempos perdidos en el vórtice de la vida y de la decepción. Decepción que duele y agoniza en moribundos, luchando por un hálito de esperanza y que abundan en la desesperanza tras la tardanza del ángel negro que analiza la sique de sus cerebros marchitos. Flores aguadas de llantos y risas de gases impregnados en el aire. Y en el agua, sueños ahogados flotando como globos en el cielo. Troncos podridos,astillados por el paso del tiempo y la intemperie. Anillos colgando de tejados que una vez gozaron de tiempos inmemoriales de amor y ternura,de alegría y rabia, tristeza y euforia de personas y sus experiencias allí acontecidas.

martes, 28 de abril de 2020

ICEBERG

Es hora de decir te quiero. Es tiempo de resignación y aceptación. Esta noche es la última que pasarás a mi lado, la última noche que estarás conmigo. No puedes entenderme, belleza nórdica, pero te voy a echar de menos. Ya te echo de menos y aún no te has ido, y duele. Duelen los pulmones. Parece que no quieren hincharse demasiado, como si tuvieran miedo de explotar. Duele el corazón, cada vez que bombea sangre se clavan mil diminutos cristales en el músculo. Duelen los miedos, los que a veces calmabas con tu mirada tan cristalina que fascinaba. Y hoy me acompañan más que nunca, hoy aplastan mi espíritu con la fuerza de cien titanes. No es fácil describir todo lo que eres para mí, todas las cosas que odiaba pero a las que al final me acostumbré. Pero, sobre todo, no es posible describir lo que te he querido y te querré hasta el final de mi vida. Mis ojos se anegan contra mi voluntad pensando que apenas faltan horas para no volver a verte, para que no me vuelvas a ver, para que te derritas, mi pequeño iceberg. Tengo muchísimo miedo. Miedo de que te vayas y no vuelvas nunca más. Espero que puedas perdonarme por no ir a tu final, no soy capaz de recogerte en polvo. No soy capaz de esperar mientras el líquido recorre tu sangre y detiene tu corazón. No puedo. Siempre estarás en mí, me acompañarás en los viajes a nuestro descampado como si aún estuvieras aquí y cantaré todas las noches allí, bajo la luz de la luna y las estrellas, entre escombros. Llega la hora de decirte adiós, mi pequeño iceberg de alma azul. Te quiero ahora y siempre. Buen viaje.